Y se quedó con ellos
La Pascua nos recuerda que, como cristianos, estamos llamados a ser pastores, a evangelizar, a salir al encuentro.
La Pascua nos recuerda que, como cristianos, estamos llamados a ser pastores, a evangelizar, a salir al encuentro.
¡Feliz Pascua!
¡Jesús ha resucitado! En esta Pascua, nuestro Go! nos ha llevado a dar un gran salto a lo desconocido.
A menudo se dice que la cuaresma es tiempo de “conversión”. Pero ¿qué significa? La palabra proviene del latín “convertere”, que significa en latín “dar la vuelta”, transformar, volver a la casilla de salida. Y alude al hecho de regresar a un camino que se había tomado originalmente.
La cuaresma nos invita a contemplar nuestros senderos con mayor cuidado, atentos a las señales e indicaciones.
Para todo ello necesitamos una actitud fundamental: la humildad.
Según se acerca la Navidad sentimos en nuestro interior la invitación a vivir la alegría. Es el tiempo de Adviento, el brindis por excelencia para vivir las bienaventuranzas.
¿Cuándo voy a empezar a vivir resucitado? ¿Tengo que esperar a morir para asomarme a la gloria? ¿Es el único paso posible? Tal vez, pero, por otra parte, ¿no hay en la vida muchas cosas pequeñas que van muriendo y naciendo de nuevo, distintas, mejores, reconciliadas? ¿Y no hay sepulcros esperando vaciarse? En mí y en otros.